Hernández-Ros Codorniú, Antonio
18 diciembre 1896 - 1 junio 1982
Hernández-Ros Codorniú, Antonio
Nació en Murcia el 18 de diciembre de 1896. Hijo del médico Antonio Hernández Ros, estudió la carrera de medicina en la Facultad de Medicina de Madrid. Acabada ésta se trasladó a su ciudad natal donde alcanzó la Jefatura del Servicio de Traumatología y Ortopedia en el Hospital Provincial. Durante la guerra civil trabajó en un hospital de retaguardia en Toro (Zamora), y al acabar la contienda, fue responsable en Madrid del Servicio de Huesos y Articulaciones de la Equitativa, consiguiendo años más tarde plaza de especialista de zona en la Seguridad Social. Su tesis doctoral versó sobre La sinostosis vertebral en el tratamiento de la espondilitis tuberculosa. En 1957 obtuvo por oposición la plaza de Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Gran Hospital de la Beneficencia General del Estado de Madrid.
Gran cirujano y profundamente ingenioso destacó por su capacidad creadora y de resolución de problemas siendo una de las figuras más importantes en su momento de la traumatología española. Creó diversos instrumentos y artilugios que fueron bien aceptados, algunos pensados para el tratamiento de las hernias discales lumbares o para intervenir las fracturas de cadera. Igualmente diseñó una mesa especial para las intervenciones de cadera. Queda también en la historia la denominada pinza de Hernández Ros utilizada en las fracturas supracondíleas del codo, o las grapas y su instrumental para las fracturas del epicóndilo y epitróclea.
Realizó a su vez una concepción científica de la especialidad siendo multitud sus contribuciones. Demostró, mediante discografía, la continuidad de la articulación uncovertebral con el disco, a la vez que puso de manifiesto que estos apéndicces no son independientes del disco vertebral por lo que sus lesiones están íntimamente relacionadas con las espondilitis cervicales.
Entre sus publicaciones destacan su libro El codo, sus fracturas y luxaciones (Madrid, 1945). Aunque su producción escrita no fue abundante, algunos de sus artículos dignos de mención fueron Tratamiento operatorio de las fracturas recientes de los huesos largos (1936), Concepto geométrico de la articulación del codo considerado como máquina (1944), Asimilación arquitectónica de la epífisis distal del húmero al puente en pórtico (1944), Una clasificación de las fracturas articulares y para articulares del húmero (1944), Principios generales de la osteosíntesis en las fracturas del codo (1944), Algias cervicobraquiales (1953) y La discografía en las lumbociáticas (1956).
Fue Presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el bienio 1956-1958, de la cual fue uno de sus refundadores en 1947, la cual si bien había sido fundada en 1935, quedó truncada su actividad por la guerra civil española. Durante su mandato fue Presidente del VII Congreso e iI Hispano-Luso que se celebró en Barcelona, a la vez que consiguió dar un gran impulso a la Sociedad y generar una nueva ilusión entre los más jóvenes. Su actividad en la Sociedad fue extensa, y en 1947 fue elegido Consejero Editorial de la Revista de la Sociedad que dirigió Vicente Sanchís Olmos. Fue además Presidente de la Academia Médico-Quirúrgica de Madrid.
Recibió gran número de honores y distinciones y entre ellos, Miembro de Honor de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, y Miembro Emérito de la Sociedad Internacional de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Falleció en Madrid el 1 de junio de 1982.
Discípulos
Entre otros, Luis Munuera Martínez, Ángel Massoti Little, José Madruga Samaniego y Juan Olaguibel Llovera.
Bibliografía
FERNANDO GÓMEZ-CASTRESANA BACHILLER. Antonio Hernández-Ros Codorniú. En: Historia de la SE- COT. Barcelona, STM Editores, 2002, 36-38.
Autor: Manuel Díaz-Rubio