Areilza Arregui, Enrique

6 febrero 1860 - 14 junio 1926

Areilza Arregui, Enrique

Nació en Abando (Bilbao) el día 6 de febrero de 1860. Estudió la carrera de medicina en la Facultad de Valladolid siendo a partir de cuarto curso alumno interno por oposición, y obteniendo el premio extraordinario de licenciatura. Tras realizar diversos viajes para ampliar estudios en Alemania en el área de la cirugía, en 1880 accedió en la Universidad Central el grado de doctor con la tesis Valor de la cura de Lister en las heridas contusas. En 1889, a propuesta de la Academia de Medicina, fue nombrado primer Director de los nacientes Hospitales Mineros de Triano donde comenzó su labor en el campo de la traumatología.

Traumatólogo de gran prestigio en su época, trabajó ante todo en los traumatismos pelvianos, de gran frecuencia entre los mineros. En este sentido, realizó investigaciones sobre la resistencia de los huesos de la pelvis estudiando sus presiones transversales y el papel que éstas juegan en sus fracturas. Una de sus contribuciones más meritorias se refiere al trabajo muscular, profundizando en la importancia de la inteligencia en el desarrollo correcto de éste. Estudió también con detenimiento las modificaciones microscópicas del músculo durante el trabajo, hizo precisiones tanto sobre las fatigas musculares locales como generales y profundizó en la importancia de una alimentación compensada para desarrollar un trabajo muscular correcto. En relación a la fatiga las clasificó en dos formas: las debidas a intoxicación del músculo por el propio trabajo de éste y las originadas por cansancio del sistema nervioso. Sus estudios y experiencia como traumatólogo le llevaron a la creación de centros de recuperación de accidentados, siendo a destacar sus desvelos para la creación la Escuela para Lisiados y Tullidos, por lo que puede considerársele un auténtico pionero en el campo de la rehabilitación. Relevantes fueron también los diversos estudios que realizó sobre el cólera en la epidemia de 1885, en la que trabajó con éxito para su extinción.

Destacó igualmente por su labor al frente del Hospital Civil de Basurto y ante todo por su capacidad para dotarlo de una estructura funcional muy moderna para su época, introduciendo una ejemplar organización por servicios de especialidad. A él se debe también la creación del Museo Anatómico y Patológico. Desarrolló una gran labor en el terreno docente con la idea de convertir al Hospital en Facultad de Medicina, aunque no pudo conseguirlo. Su trabajo como catalizador y fundador de instituciones asistenciales fue de gran magnitud. En este sentido fue un defensor de la creación de sanatorios para enfermos tuberculosos, quedando en su haber la construcción del Sanatorio Marítimo de Górliz.

De sus publicaciones merecen destacarse: De las fracturas de cráneo y de la trepanación (Barcelona, 1887), El delirio en las fracturas de la base del cráneo (1898), Proyectil de rifle alojado sobre el bazo: extracción y curación (1898), Parálisis ocasionadas por la luxación del hombro (1899), Localizaciones medulares (1899), Resultados experimentales y clínicos de las presiones transversales de la pelvis (Madrid, 1891), El trabajo muscular (1902), Del ambiente nutritivo de los huesos en los muñones de los amputados (1903), Algunas consideraciones sobre la reparación ósea: examen de piezas clínicas y experimentales (1903), Pseudoartrosis ebúrnea (1904), Valor patogénico y terapéutico de la interposición muscular (1904), Resección inter-escápulotorácica (1908), y Mis enfermos del oído (1909).

Fue Director del Santo Hospital Civil de Basurto (1918-1926) y Presidente del Colegio de Médicos de Bilbao. Académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina, y de la Academias de Barcelona, Roma, París, Londres y Lisboa.

Falleció en Portugalete (Bilbao) el 14 de junio de 1926.

Bibliografía

FRANCISCO ALEGRÍA MENDIALDUA. bibliografía del Dr. D. Enrique Areilza y Arregui. Trabajos de la Cátedra  de Historia Crítica de la Medicina, V, 99-105, (1934-1935).
MANUEL VITORIA ORTIZ. Vida y obra del Dr. Areilza. Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1975.

Autor: Manuel Díaz-Rubio

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