Escudero Fernández, Manuel

10 octubre 1933 - 25 septiembre 2023

Escudero Fernández, Manuel

Nació en Madrid el 10 de octubre de 1933. Estudió Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid (1951-1957). En 1954 entró por oposición como alumno interno en la Cátedra del Prof. José Botella Llusiá que sería, desde entonces, su mentor y maestro y del que no se separaría hasta su fallecimiento. En 1966 leyó su tesis doctoral Diagnóstico citológico por aspiración endometrial de hiperplasia y adenocarcinoma de endometrio con calificación de sobresaliente cum laude.

Su formación clínica discurrió en el Hospital Clínico de San Carlos y en la maternidad de Mesón de Paredes. En 1975 ganó por oposición la plaza de profesor agregado en la Universidad de Valladolid donde dirigió el departamento universitario y el servicio del hospital clínico de aquella facultad.

En 1978 regresó a la Universidad Complutense como profesor agregado y accedió a la cátedra en 1986. Desde entonces y hasta su jubilación dirigió el departamento universitario y clínico; este último se unificó con el antiguo servicio del Prof. Orcoyen en 1990 y desde entonces dirigió un único servicio de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Clínico San Carlos. Allí potenció unidades prexistentes y creó otras como la de Laparoscopia Ginecológica, así como unidades de diagnóstico y tratamiento de cáncer en su especialidad, y unidades específicas de parto.

Entre sus publicaciones científicas, más de 300 en revistas indexadas, destacan las relativas a: citología vaginal, mecanismo de acción de esteroides sexuales, esterilidad e infertilidad, diagnóstico por ultrasonidos, aplicación de láser en ginecología. Fue también durante 5 años coordinador del libro del año en Ginecología.

Destaca como director de tesis doctorales. Desde 1984 hasta su jubilación en 2003-2004 dirige hasta 47 y 14 obtienen el Premio Extraordinario. La UCM reconocerá hasta en dos ocasiones esta actividad docente-investigadora.

Una de las características más importantes de la producción científica de la obra de Escudero es su adaptación temporal, de tal forma que sus trabajos son siempre modernos y muy bien adaptados a la revolución científico-técnica que le tocó vivir. Una tesis suya sobre diagnóstico prenatal de malformaciones renales es del año 1989 y, al final de su carrera académica, alrededor del cambio de siglo, aborda el impacto de las nuevas técnicas quirúrgicas como la histerectomía laparoscópica en 2003. Las tesis sobre patologías oncológicas de mediados de los 80 tienen un componente nosográfico muy importante y las del final de su carrera están orientadas hacia los aspectos moleculares de la enfermedad.

Escudero sobresalió como un gran clínico y un cirujano brillante y acumuló una extraordinaria experiencia personal; como obstetra era de gran seguridad y criterio y su trato con las pacientes fue siempre de una delicadeza absoluta. Desde el punto de vista asistencial era un médico con una vocación profunda, que se puso siempre al servicio de sus pacientes y también de sus alumnos. Entendió la docencia como algo globalizador de toda su actividad hospitalaria, enseñó en la sala de partos, en el quirófano, todos los días en la sesión clínica y por supuesto en el aula con sus alumnos de grado que siempre le manifestaron un gran afecto.

Ingresó en la Real Academia Nacional de Medicina en 1991 como académico correspondiente por premio de la Academia y, tras el fallecimiento de su maestro D. José Botella, ocupó el sillón Nº 5 de ginecología como académico de número.

Su discurso de ingreso fue Cáncer de ovario Factores pronóstico y expectativas de futuro, que constituyó una auténtica monografía sore el tema. Le contestó en nombre de la Academia el Prof. Clavero con gran erudición y profundidad.

En la Real Academia de Medicina de España fue director del Boletín de la Academia, entró en la junta directiva como contador en el año 2006, y desde el año 2012 al 2016 fue vicepresidente. Fueron años difíciles por las restricciones económicas que se sufrieron y su consejo prudente fue siempre valorado como de la máxima importancia; su lealtad y cariño a la Academia sobresalieron en su dilatada trayectoria académica de casi 30 años.

Recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio y también la Gran Cruz de Oro de la Sanidad de Madrid.

Escudero fue un trabajador incansable que sirvió con ejemplaridad a las instituciones que le acogieron, como el Hospital Clínico de San Carlos, la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense y la Real Academia Nacional de Medicina de España, pero por encima de todo fue un servidor incansable de sus pacientes.

Falleció el 25 de septiembre de 2023.

Autor: Joaquín Poch Broto.

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