Guillén Llera, Francisco
3 mayo 1937 - 25 enero 2008
Guillén Llera, Francisco
Francisco Guillén nació en Granada el 3 de mayo de 1937. Fue, sin ninguna duda, uno de los grandes de la geriatría española. Estudió el bachillerato con los jesuitas en Madrid y también Medicina en la que se llamaba entonces "Universidad Central". Su vida profesional discurrió en paralelo con la modernización de la geriatría en España, algo a lo que contribuyó directamente de forma decisiva.
Durante su licenciatura se incorporó al Hospital Central de Cruz Roja, donde permaneció como médico una vez concluida la misma. En los primeros años sesenta, se estaban sentando las bases en ese centro de lo que sería el primer servicio de geriatría moderno en nuestro país. Fue nombrado jefe de sección en 1971 y permaneció trabajando en ese hospital hasta que en 1991 aceptó el reto de asumir la puesta en marcha de un servicio de geriatría, en esta ocasión en Getafe, donde acababa de abrirse un nuevo hospital cabeza de área dentro de la Comunidad de Madrid. Su marcha a Getafe, un centro recién inaugurado en busca de su identidad, liderando un grupo de geriatras jóvenes formados por él en Cruz Roja no fue fácil y le supuso un reto al que se entregó con ahínco y éxito durante los siguientes 17 años hasta su fallecimiento.
Desde su llegada a la medicina se integró en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), donde recorrió el escalafón al completo, desde simple socio hasta presidente, pasando por toda suerte de cargos y responsabilidades en juntas directivas, grupos de trabajo, organización de congresos y simposios, comisiones para un sinfín de cometidos, actividades formativas, etc. En la junta directiva de la SEGG ejerció como vocal (1972-81), vicepresidente (1981-85) y presidente (1989-95). Dentro de este marco cabe incluir, igualmente, la dirección de la revista oficial de la sociedad entre los años 1985 y 1989.
Contribuyó activamente durante los años setenta a que se produjese el reconocimiento oficial de la especialidad en nuestro país, hecho que tuvo lugar en 1978. A raíz de ello formó parte desde su constitución, en ese mismo año, de la Comisión Nacional de la Especialidad de Geriatría, presidiéndola durante dos periodos, de 1991 a 1994 y desde 1996 hasta 2006. A lo largo de su presidencia se rehízo el programa oficial para la formación de residentes y tanto el número de plazas para la especialidad como el de centros reconocidos con acreditación docente multiplicaron su número de forma espectacular.
En el plano internacional, el Dr. Guillén fue durante casi una década (1995-2003) secretario de la región europea de la IAG (International Association of Gerontology) y, en gran parte debido a su empeño, España tuvo la oportunidad de acoger como anfitriona sendos congresos europeos de geronto-geriaría en 1991 y en 2003. Visitó numerosísimas veces la práctica totalidad de países latinoamericanos como ponente o para promover y dirigir cursos de postgrado en toda suerte de congresos; pero también fue llamado como asesor experto para poner en marcha programas orientados a introducir o potenciar la especialidad en muchos de estos países. Tenía capacidad para ilusionarse ante cualquier proyecto o idea que le pareciera atractiva. Y sabía contagiar esa ilusión. Además, era imaginativo al mismo tiempo que pragmático cuando se planteaba el cómo llevarlo a efecto.
Entre sus reconocimientos hay que citar su designación como académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina de España en 1997 o su nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad de Santiago de Chile en 2002. También un sinfín de títulos honoríficos por parte de sociedades nacionales de geriatría de numerosos países, así como de diferentes comunidades autónomas españolas.
Sus contribuciones más importantes desde el punto de vista científico se orientaron hacia la formación geriátrica en el postgrado, focalizada sobre todo dentro del campo de la hipertensión arterial del anciano. Coordinó diferentes documentos de consenso. Destacan también sus contribuciones en el terreno de la valoración geriátrica y en todo lo relativo a la organización asistencial de la geriatría hospitalaria.
Fue un gran trabajador, de los que no miran el reloj. Un hombre perseverante que, en un mundo tremendamente competitivo, contribuyó de manera decisiva al desarrollo de su especialidad, buscando siempre la concordia y el entendimiento. Otras cualidades profesionales destacadas tienen que ver con su sentido de la responsabilidad, su carácter tolerante, su claridad de ideas y la capacidad para expresarlas de forma fácilmente inteligible. Un apasionado defensor del diálogo como forma de trabajo y como manera de entendimiento entre las personas.
Falleció en Madrid el 25 enero de 2008.
Bibliografía
GUILLÉN LLERA F, RIBERA CASADO JM. Grandes síndromes geriátricos. Programa de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, concebido como formación continuada en Atención Primaria: Hipertensión (1994), Demencia (1995), Caídas (1995), Depresión (1996), Inmovilidad (1997), Empleo racional de fármacos (1998).
RIBERA CASADO JM (ed).- Francisco Guillén: un gigante de la geriatría. Rev Esp Geriatr Gerontol 2008; 42(Monográfico-homenaje con motivo de su fallecimiento):1-59 pgs
Autor: José Manuel Ribera Casado