Estella y Bermúdez de Castro, José
5 abril 1898 - 7 octubre 1950
Estella y Bermúdez de Castro, José
Nació en Salamanca el día 5 de abril de 1898, realizando los estudios de medicina en la Facultad de Medicina de Salamanca donde fue alumno interno por oposición, asistiendo ya por entonces a la cátedra de Agustín de Cañizo García a quien siempre reconoció como uno de sus maestros. En 1921 obtuvo el grado de doctor con premio extraordinario con la tesis titulada Tratamiento del mal de Pott por la operación de Albee. Durante el curso 1923-1924 permaneció en Berlín en el Universität Institut für Orthopedie junto al Gocht y en la Kinderklinik con Ozerny. En 1925 ganó por oposición la Cátedra de Enfermedades de la Infancia de la Facultad de Medicina de Salamanca, trasladándose en 1926 a la Facultad de Zaragoza, y en 1932, nuevamente por oposición, obtiene la Cátedra de Anatomía Topográfica y Operaciones de la Facultad de Medicina de Madrid. Desde 1939 hasta su fallecimiento explicó la asignatura Terapéutica Quirúrgica, que años antes había explicado Rafael Mollá y Rodrigo.
En 1925 ingresó, por oposición, como Médico Numerario de la Beneficencia General con destino en el Hospital de la Princesa. En 1934 fue comisionado por la Facultad de Medicina de Madrid para estudiar la organización de los Servicios de Cirugía en diversos Hospitales de Europa y Estados Unidos para su posible aplicación en el nuevo Hospital Clínico de San Carlos que estaba reconstruyéndose en la Ciudad Universitaria.
En una primera etapa su vida estuvo muy vinculada a la pediatría donde queda en su haber el haber sido el primero en realizar en España un cateterismo cardiaco en un niño con asistolia —Werner Forssmann había sido en primero en 1929— y el primero en el mundo en 1930 en inyectar un contraste en la cavidad cardiaca, anticipándose un año a Egas Moniz. Mediante yoduro sódico visualizó no sólo el corazón sino las áreas renales pasando a continuación la sonda hasta la cava inferior. Al margen de esta aportación destacó por su labor en el campo de la cirugía en la que sobresalió por su enorme capacidad técnica y gran habilidad. Con una concepción muy científica de la medicina y la cirugía, realizó una cirugía no frecuente en su época, ya que entendía y preconizaba que ésta era un todo continuo que comenzaba con el diagnóstico del enfermo, su preparación para el acto quirúrgico, el acto quirúrgico en sí incluida la anestesia y los cuidados posquirúrgicos.
Aunque cirujano general, destacó sobremanera en el campo de la cirugía endocrinológica donde introdujo no sólo modificaciones técnicas sino el manejo por el cirujano de estos pacientes con frecuentes disturbios endocrino-metabólicos y donde los conocimientos fisiopatológicos podían garantizar la supervivencia del paciente. Se da en él también la condición de gran divulgador de la anestesia. Profundo convencido del conocimiento preciso que el cirujano debe tener de ella, escribió un magnífico libro, Manual de anestesia quirúrgica (Madrid, 1942), destinado también al experto en el área de la anestesiología, y que sería revisado y reeditado diez años después por sus discípulos Luis Peña López y Carmelo Gil Turner.
En 1944 fundó y dirigió la Revista Española de Cirugía, Traumatología y Ortopedia, y desde 1950 conjuntamente con Jesús García Orcoyen, Carlos González Bueno, Francisco Martín Lagos y Alfonso de la Peña Pineda la revista Cirugía, Ginecología y Urología. Alguno de sus libros más relevantes fueron: Malformaciones Congénitas de la cara (Zaragoza, 1929), Endocrinología quirúrgica: cirugía del sistema endocrino (Madrid, 1940) y Cirugía del tiroides (Madrid, 1940). Otras publicaciones dignas de mención son, El sondaje del corazón (1930), Problemas médicos y quirúrgicos que plantean las septicemias (1944), Síndrome de compresión total de la médula por tumor intrarraquídeo: extirpación y curación (1944), Todavía sobre la epilepsia traumática: indicaciones legítimas sobre el tratamiento operatorio (1945), Tratamiento quirúrgico de la parálisis facial y resección del ganglio cervical superior del simpático (1945) y La hipoproteinemia postoperatoria: accidentes, complicaciones y tratamiento (1945).
Fue Decano de la Facultad de Medicina de Zaragoza, Director del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid y Consejero de Instrucción Pública.
Falleció en Madrid el 7 de octubre de 1950.
Discípulos
Entre otros, Manuel Suárez Perdiguero, Luis Estella y Bermúdez de Castro, Carmelo Gil Turner, Luis Peña López y Modesto Martínez-Piñero Caramés.
Bibliografía
CARMELO GIL TURNER. Recuerdo personales de los comienzos de la cirugía torácica en España. Enfermedades del Tórax, 34, 42-46 (1985).
JOSÉ ÁLVAREZ SIERRA. Diccionario de autoridades médicas. Madrid, Editora Nacional, 1963.
Autor: Manuel Díaz-Rubio